viernes, 9 de mayo de 2014

CIEMAT: ¿un problema para Madrid y la Ciudad Universitaria?

          Muchos ciudadanos, sino un gran mayoría de los españoles, cuando preguntas si conocen qué es el CIEMAT, la mayoría responden que no. Sí además preguntas en la Ciudad Universitaria de Madrid, si saben si quiera dónde se encuentra y qué es, te dicen que qué es eso, a pesar de que lo tienen apenas a unos cientos de metros. 

          El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), se trata de un centro gestionado por el gobierno, de investigación de excelencia en materias de energía y de medio ambiente; además del desarrollo de tecnologías en vanguardia y en algunas áreas de investigación

básica adscrito a la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación de España. El director del centro es Cayetano López Martínez,  es un Físico español, experto en Propiedades Rigurosas y Fenomenología de las Interacciones entre Partículas elementales, Cromodinámica Cuántica, Teorías Unificadas, Supersimetría y Aplicaciones de los Aceleradores de Partículas a la Transmutación Nuclear con fines energéticos y de eliminación de residuos. Además de catedrático de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid.

          Este centro está ubicado en la Dehesa de la Villa, al lado de la Ciudad Universitaria y de La Moncloa.  Lleva en activo desde el año 1961, llamado Junta de Energía Nuclear (JEN) y a partir de 1986 pasó a llamarse CIEMAT. Ocupa una posición intermedia en la cadena que ca desde la creación de conocimiento básico a la aplicación industrial, de forma que su ámbito de actividad busca siempre servir de puente entre la I+D+i y los objetivos de interés social.


Un poquito de historia: 
Juan Vigón
en la inauguración
del reactor del JEN
      En Septiembre de 1948, Franco, mediante un decreto de carácter reservado, creó la Junta de Investigaciones Atómicas (JIA), constituida el 8 de octubre de ese mismo año, y formada por José María Otero de Nascués (Director General y Presidente has 1974), Manuel Lora Tamayo, Armando Durán Miranda y José Ramón Sobredo y Rioboo.

Primer panel de control del reactor del JEN
       En 1951, terminada la fase secreta, fue bautizado como Junta de Energía Nuclear (JEN), bajo la presidencia del General Juan Vigón y con Otero de Navascués, como Director General, se llevaron cabo desde entonces proyectos de investigación y desarrollo tecnológico, sirviendo de referencia para representar técnicamente a España en los foros internacionales y para asesorar a las administraciones públicas en materias de su competencia. 

La inauguración del centro se puede visionar gracias al NO-DO y a su conservación y digitalización online por parte de RTVE. 

    En 1986, la JEN fue transformada en CIEMAT, incrementando su diversificación geográfica para atender mejor, en los dominios de su competencia, las necesidades de I+D+i en España en general y en sus comunidades autónomas den particular.
CIEMAT en la actualidad

     La actividad del CIEMAT se estructura en torno a proyectos de investigación de envergadura tecnológica que sirvan de puente entre la I+D+i y su aplicación a objetivos de interés social. El equipo humano del centro está formado por 1465 personas (más los contratos externos), de las que el 47% son titulados universitarios. 


Accidentes y contaminación de la Dehesa de la Villa:
        Uno de los mayores accidentes referidos a la energía nuclear en España, se produjo en el CIEMAT el sábado 7 de noviembre de 1970. Al mediodía, momento en el que el personal del centro comenzaba sus jornadas de descanso del fin de semana, comenzó el desastre. Una junta mal soldada falló, y entre 40 y 80 litros de refrigerante del reactor nuclear llamado Coral-1, fueron vertidos al río Manzanares, pasando rápidamente a las decenas de huertas que el río regaba en aquellos años. 
Vista aérea de las instalaciones
Cada una de las partes que componen el centro.






       Éste hecho fue silenciado durante 24 años; nadie fuera del ámbito militar o de trabajadores del Centro supo nada.

         La decisión de instalar un reactor nuclear a 15 minutos del centro de Madrid, nos lleva a 1958. Entonces Franco, de cedió inaugurar en la Avenida Complutense 22, un moderno centro de investigación, el Juan Vigón en el que se intalaría este reactor. 
En principio éste centro se creó para el desarrollo y la implantación de la energía y el armamento nuclear. 

       Sin embargo, desarrollaron este centro muy rápido y pronto se vieron sus carencias: juntas mal soldadas, deficiencias estructural, personal inexperto... Unido a la colina sobre la que descansa, que está compuesta sobre una tierra muy porosa y cercana al río manzanares. 

       Todo ello llevó a que el vertido ocurrido en 1970, fuera desastroso para la salud y la seguridad ciudadana. El río Manzanares, entonces abastecía las huertas desde Madrid hasta Aranjuez, y de él se alimentaba medio Madrid. Éste vertido contenía Estroncio 90, Cesio 137, Rutenio 106 y partículas de Plutonio. 

       Hasta que se tomaron las primeras medidas pasaron 2 días, según hemos podido saber por un Informe confidencial sacado a la luz por El País. En éste se recoge textualmente que, ''a las 2.45h aproximadamente cesaron las actividades relacionadas con el accidente y no se reanudaron hasta el lunes siguiente, día 9 de noviembre''. A pesar de todo esto, el propio centro no redactó un informe  que aconsejara las medidas para tomar hasta el 14 de enero, dos meses después del escape. En éste informe se aconsejaba entre otras cosas ''impedir el consumo de los vegetales que crezcan en parcelas contaminadas, el riego con agua de los canales y ríos que contengan agua o fangos contaminados. 

        Se sabe que estos consejos se compelieron en muy pocos casos, para no alarmar ni a la población, ni a las potencias del momento (EEUU y la OIEA). 

        Además, se permitió por completo la venta  de las hortalizas contaminadas; pese a que los informes señalaban que las zonas hortícolas del sur de Madrid era muy elevada. Algunos de los técnicos del centro afirmaban que, cuando estaban paseando por la vega del Jarama, contador de radiación subía al límite, unas 15.000 cuentas por segundo, cuando lo normal suele ser entre 100 y 120 por segundo. Las toneladas de hortalizas requisadas se enterraron en uno de los montículos de Ciudad Universitaria

       En otros informes referidos a la Ciudad Universitaria, señalan que se midieron dosis de radioactividad un millón de veces superior a lo tolerable a lo largo de un año. Días después del incidente incluso en Toledo se detectó una elevada radiación; y en Aranjuez se cifra en 75.000 veces la radiación permitida. 

      En 1984, se decidió paralizar el reactor, tras varios intentos de reaperturas; y se desmanteló en 1987. Aunque en múltiples ocasiones se siguen detectando niveles de radiación en las zonas colindantes superiores a la media; además de registrarse a diario los valores más altos de rayos Gamma en nuestro país. En zonas en la que viven muchas familias, una zona plagada de urbanizaciones, de pisos, y lo más importante de estudiantes, que son el futuro de nuestro país. 




        En 2012 ocurrió otro incidente. El centro decidió en marzo de ese año talar ''El Montecillo'', una arboleda contaminada con Cesio 137 y Estroncio 90. Éste páramo está compuesto apenas por 60 cipreses y pinos en los campan a sus anchas ardillas, pájaros y todo tipo de seres vivos. 
''El Montecillo''


    
           Es el único bosque radiactivo de España. Está enraizado en la antigua escombrera de la Junta de Energía Nuclear de 1951. Estos materiales radioactivos encontrados, son fruto de las sobras del mineral de uranio tratado en las instalaciones. Algunos de los trabajadores más veteranos recuerdan que se enterraron allí debajo lechugas y repollos contaminados de los años 70.



        Pero además de todo lo dicho anteriormente, los trabajadores del centro han denunciado en más de  una ocasión la cantidad de fallos que se producen a diario en la seguridad de las instalaciones y la cantada de compañeros que han muerto por cánceres y extrañas enfermedades. Otros también han puesto en evidencia a los propios compañeros tratándolos de insensatos, ya que en el centro hay una parte en la que se encuentran unas instalaciones deportivas para los familiares de los trabajadores, como zona de juegos para niños, pistas deportivas etc; y a las que acuden los hijos de los trabajadores del centro, a pesar de saber que pueden estar recibiendo mucha contaminación. 


        Si desean conocer más sobre los testimonios directos de los trabajadores y de la plataforma de afectados, pueden escuchar el podcast de nuestros compañeros de ondas aquí.     









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